Primero quédate sola.
Primero empieza a ser feliz sola.
Primero ámate a ti misma, y mucho, ámate muchísimo.
Primero sé tan auténticamente feliz que te sientas llena, expansiva, desbordada de amor.
Nada ni nadie te hace falta. Estás en casa, contigo misma.
Si alguien viene, todo bien, si no, también.
Muéstrate como un ser digno, no como un mendigo que pide migajas.
Recuerda esto.....Lo semejante atrae lo semejante!
La persona que ha vivido su soledad felizmente, se sentirá siempre atraída por otra persona que está viviendo su soledad también alegremente, porque como regla “lo semejante vibra ante lo semejante”, como lo explica la ley de la atracción.
Cuando dos maestros se encuentran, maestros de su propio desarrollo personal, de su soledad, la felicidad se multiplica. Se vuelve un tremendo fenómeno de celebración. Y ellos no se examinan uno al otro, ellos se comparten no se están completando en las carencias del otro. No utilizan al otro. En su lugar, por el contrario, ambos se vuelven uno y disfrutan de toda la existencia que les rodea”
En conjunto de dos que se hacen uno, un gran trabajo de equipo, somos uno pero también somos distintos, cada uno respeta su espacio y evolución. Así ese convierten en seres que no invaden los caminos y mundos de la persona con la que se integra. Una pareja sana respeta mutuamente el espacio del otro. Mi espacio interior es sagrado, tan sagrado como el tuyo.
Yo Soy, y estoy satisfecha conmigo misma, Tu Estas satisfecho contigo mismo. En la medida que esto sea así, creamos y crecemos juntos.
Y acompañados de lo más hermoso, el verdadero amor de pareja!
Primero empieza a ser feliz sola.
Primero ámate a ti misma, y mucho, ámate muchísimo.
Primero sé tan auténticamente feliz que te sientas llena, expansiva, desbordada de amor.
Nada ni nadie te hace falta. Estás en casa, contigo misma.
Si alguien viene, todo bien, si no, también.
Muéstrate como un ser digno, no como un mendigo que pide migajas.
Recuerda esto.....Lo semejante atrae lo semejante!
La persona que ha vivido su soledad felizmente, se sentirá siempre atraída por otra persona que está viviendo su soledad también alegremente, porque como regla “lo semejante vibra ante lo semejante”, como lo explica la ley de la atracción.
Cuando dos maestros se encuentran, maestros de su propio desarrollo personal, de su soledad, la felicidad se multiplica. Se vuelve un tremendo fenómeno de celebración. Y ellos no se examinan uno al otro, ellos se comparten no se están completando en las carencias del otro. No utilizan al otro. En su lugar, por el contrario, ambos se vuelven uno y disfrutan de toda la existencia que les rodea”
En conjunto de dos que se hacen uno, un gran trabajo de equipo, somos uno pero también somos distintos, cada uno respeta su espacio y evolución. Así ese convierten en seres que no invaden los caminos y mundos de la persona con la que se integra. Una pareja sana respeta mutuamente el espacio del otro. Mi espacio interior es sagrado, tan sagrado como el tuyo.
Yo Soy, y estoy satisfecha conmigo misma, Tu Estas satisfecho contigo mismo. En la medida que esto sea así, creamos y crecemos juntos.
Y acompañados de lo más hermoso, el verdadero amor de pareja!
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