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Así se veían las 7 MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO

Gran Pirámide de Giza

Fue la construcción más alta durante más de 4000 años y 100.000 egipcios trabajaron en su construcción, es la única conservada y puede ser visitada por todos los turistas.




Coloso de Rodas

Era una estatua del dios griego Helios, tardaron 12 años en esculpir sus más de 30 metros, aunque se vio afectada por un terremoto y finalmente la invasión árabe la destruyó.



Jardines colgantes de Babilonia

No se sabe si realmente existieron, pero se dice estaban cerca del río Eufrates, el rey babilonio Nabucodonosor los construyó como regalo para su esposa.





Faro de Alejandría

Es considerado el primer faro del mundo y en su parte más alta había un fuego para guiar a los hombres en el mar. Sin embargo, los terremotos ocurridos entre los siglos XII y XV lo destruyeron y fue convertido en una fortaleza medieval.





Mausoleo de Halicarnaso

Se ubica en la ciudad de Bodrum y fue construido con mármol blanco cerca del 350 a.C., incluyendo detalles griegos, egipcios y libios, pero terremotos en el siglo XIII lo destruyeron.





Estatua de Zeus

A pesar de sus 13 metros su madera se quemó y en cuanto a sus detalles de oro, piedras preciosas, marfil y ébano fueron hurtadas.






Templo de Artemisa en Éfeso

Artemisa era la diosa de la caza, los bosques y la castidad y su templo fue construido y destruido en 3 ocasiones, en primer lugar por un incendio generado por Eróstrato, luego por la destrucción de los godos y por último los cristianos, conservaron solo los cimientos y una columna que aún se conserva.


 

















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UN DÍA BAJÉ A MI HIJA Y YA NUNCA LA VOLVÍ A CARGAR.

La cargué cuando se había lastimado. La cargué cuando estaba emocionada. La cargué cuando estaba cansada. La cargué cuando aún era demasiado pequeña para ver lo que yo podía ver. Y de pronto un día la bajé y ya no la volví a cargar. Un día, sin darme cuenta... ella se hizo grande. Demasiado grande para caber en mis brazos. Demasiado grande para descansar en mi. Un día la bajé y ya no la volví a cargar. Un día, sin darme cuenta ella se hizo fuerte. Lo suficientemente fuerte para seguir adelante aunque estuviera cansada; lo suficientemente fuerte para calmar su propio dolor. Un día la bajé y ya no la volví a cargar. Un día sin darme cuenta, ella ya podía ver lo que yo podía ver. Ella podía ver por encima de la gente. Ella podía ver sin mi ayuda. Un día la bajé y ya no la volví a cargar. El día que la bajé, yo no sabía que sería el último. Había sido una rutina que hicimos miles de veces. Y lo cierto es que ella aún me necesita para guiarla a través de la vid